Y ya van tres. Ya he oído a tres importantes directivos españoles decir la siguiente máxima (con leves variantes), referida a sus también importantes empresas:
“Aquí, cuando los empleados no saben, les enseñamos.
Cuando no pueden, les apoyamos.
Y cuando no quieren, les echamos”
No descartemos que la frase se extienda. No en vano muestra una filosofía ante el personal sencilla, pero efectiva, comprensiva y justa.
... lamentablemente, en la mayoría de los sitios no suele ser cierto. La formación es siempre la primera sacrificada al reducir inversión, los directivos suelen irritarse y no volcarse ante el reconocimiento de dificultades, y tampoco suelen asumir el desgaste que supone desembarazarse de los subordinados que por oposición o pasividad no quieren contribuir. Y el principal fallo de la frase es que rara vez la Dirección llega a conocer que no se sabe, no se puede o no se quiere.
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Lo más curioso es que en su formulación (y sólo en ella), la frase recuerda mucho a otra que es justo el mejor ejemplo de lo contrario: la estrategia del que se enfrenta a un enemigo al que se reconoce como más poderoso. Es la famosa consigna de 16 caracteres que Mao Tse Tung redactó en 1928:
“Cuando el enemigo avanza, retrocedemos. Cuando acampa, lo hostigamos. Cuando se fatiga, lo atacamos. Cuando se retira, lo perseguimos”
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Así, habrá numerosos empleados o mandos intermedios que por la historia vivida en su empresa desconfíen de que sus poderosos directivos (o el resto de compañeros) sean realmente aliados. Si tienen cierto margen de gestión, puede que lleguen a formular intuitivamente una estrategia que en su parte defensiva es análoga a la de la “retirada estratégica” de Mao:
“Cuando no sé, lo oculto. Cuando no puedo, me retiro. Cuando no quiero, aparento el mayor empeño.”
Comportamiento organizacional
Fuente: Estratega.com
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