¿Cuándo dejamos de ser jóvenes?

La cuestión se retrasa año a año, década a década. Los 20, los 30, pronto los 40. Hay quien me dice que nunca fui joven, que soy demasiado responsable, que nací serio, que soy serio. Pero no tienen que ver una cosa y la otra.

Dejamos de ser jóvenes cuando perdemos el sentimiento de inmortalidad, cuando los instintos nos piden que cuidemos de los nuestros, que nos cuidemos, que la muerte está ahí, que acecha.

Mira que te has de morir.

Mira que no sabes cuando.

Y miramos atrás, pensando en qué momento dejamos de ser inmortales. Nunca lo recordamos porque los sentimientos se esconden en los rincones prohibidos de la memoria.

Nací serío, a veces soy serio, a veces me río. Siempre viviré en pos de mis principios pero cuidando de mis niños porque ya no soy inmortal.